27 mayo 2006



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HAUCAIMITTA

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En vísperas del otoño
cuando el árbol se despoja de su pomposa vestimenta,
se muestra desnudo y frágil,
libera su verdad autentica.
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Y cuando se extienden tardes grises,
alegremente melancólicas
y se despiertan otros colores,
otros sabores, otros olores.
No son necesariamente, atardeceres tristes
si no , mas bien, alegrías distintas
llenas de pensamientos diversos,
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el viento sopla
susurros melodiosos,
las hojas que caen
bailan una danza sigilosa,
pausada, armoniosa
casi como si el tiempo no existiera
aunque de tanto en tanto
se vuelve una danza tormentosa
caótica y ruidosa
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en vísperas del otoño
pues, entonces
no solo caen hojas
o los atardeceres se tornan melancólicos
si no mas bien
comienza a renovarse y despertar la nueva vida.
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4 comentarios:

Anónimo dijo...

!!!!Bién!!!!

Anónimo dijo...

Mucha, mucha poesía...esto se está poniendo cada vez mejor...

Anónimo dijo...

Rodrigo qué cosas te salen! ... medio parecido a tu amdre? quizás ... el arte siempre es tan paradojal, no?
Bello, suave, con gusto a real también ..

Anónimo dijo...

Perdón, quise decir "tu madre", (que está a quí a mi lado); pero se entiende , ¿verdad?